" ¿Qué mayor dicha para dos enamorados que esa honrada
consagración de su cariño, libertado ya del vil egoísmo de un mutuo amor
sin fin ninguno y, lo que es peor para el amor mismo, sin esperanzas posibles de renovación? ". (Pag 1)
"No por eso la paz había llegado a sus almas. La menor indisposición de su
hija echaba ahora afuera, con el terror de perderla, los rencores de su
descendencia podrida." (Pag 4)
" ¡Yo hubiera tenido hijos como los de todo el
mundo! ¡Esos son hijos tuyos, los cuatro tuyos! " (Pag 4)
" Berta alcanzó a ver el piso inundado de sangre. Sólo pudo echar sus brazos
sobre la cabeza y hundirse a lo largo de él con un ronco suspiro. " (Pag 7)
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